CUIDA A TU NIÑ@ INTERIOR!

Hola caminantes, me alegra reencontrarme con vosotr@s en esta nueva entrega. Estos días estoy disfrutando como una «enana» del maravilloso lugar de Toral de los Vados, exactamente de su playa fluvial que es divina. Qué os voy a contar del entorno… alucinante!. Además, el municipio está en fiestas, ayer noche vimos una espectacular exhibición de fuegos artificiales. Verlos expandirse en el negro cielo llenándolo de luz y color y reflejarse en las aguas de la enorme piscina circular fue impactante…. el olor a pólvora, el atronador ruido tras el zumbido de subida de cada cohete, los reflejos, la grandiosidad… bueno, ESPECTACULAR!. Luego fuimos literalmente a dar saltos a la verbena. Están siendo unos días mágicos porque siento muuuy cerca a la niña que vive en mi: comer en el campo en bikini y toalla, correr a la piscina y al río a darme chapuzones, estoy radiante y es de felicidad 🤗, y es que, aunque ya cumplí 51, en mi vive la Estrella de 40, 30, 20, 10 y 6 años y hasta la de 4 de la que conservo recuerdos.

Al sentarme a charlar con vosotr@s he traído a mi mente una historia, veréis, se trata de un padre que para unas fiestas compró regalos. Como la economía no estaba muy bollante los regalos eran más bien detalles pero él quiso engrandecerlos envolviéndolos en un precioso y caro papel. Cuando fue a hacer la tarea no encontró el magnífico papel de regalo en el lugar de casa donde lo guardó. Preguntó enfadadísimo dónde estaba. Su hija pequeña, de unos 4 o 5 años, le respondió: -» papi, el papel lo usé yo para envolver tu regalo». – «Pero hija! Es un papel muy valioso para emplearlo en un solo regalo!, contestó el padre casi al borde de la ira. -» A ver, trae el regalo, lo abriré ahora para poder reutilizar el papel».

La pequeña, con ojos tristes por ver enfadado a su padre obedeció al punto. Trajo una enorme caja perfectamente envuelta con todo el papel que compró su padre. Éste la abrió con sumo cuidado para no estropear el dichoso papel. Cuando vio su interior se le desencajó la cara, estalló en un aullido de rabia y atronó a su pequeña hija: -» Pero cómo es posible!, La caja está vacía! Has estropeado y gastado un valioso papel para nada!».

La niña, entre sollozos, contestó: -» Papá, la caja no está vacía, todos estos días he ido echando en ella todos los besos que no puedo darte porque estás trabajando o de viaje… Pensé que así podrías usarlos cuando los necesites y yo no esté cerca para dártelos».

El padre llorando abrazo a su hija, le dolía en el alma el daño que le había hecho pero… más que eso le dolía darse cuenta de que había perdido la inocencia, la mirada pura, el actuar sincero y sin prejuicios, el amor sin tarifas de cuando era un niño.

Abrazó a su hija con mucho cariño y ternura, le pidió perdón y le dijo que siempre llevaría con el todos los besos de la enorme caja.

Pasan los años, crecemos, vivimos y en el camino, los golpes, las caídas, las heridas… nos hacen ir olvidando cosas muy, muy importantes. Que no nos ocurra como a este padre y que siempre mantengamos viv@ y despiert@ a nuestro niñ@ interior porque aunque tengamos los años q sean también tuvimos 30, 20, 15, 10, 6 y hasta 3 años.

Espero tus comentarios y suscríbete al blog si te gusta. Gracias por caminar conmigo. Un biko desde Toral de los Vados, León.