Hola caminantes, en el artículo anterior estuvimos hablado sobre el sufrimiento y cómo evitarlo, en esta entrega os propongo centrarnos en un concepto complementario: LA FELICIDAD, y es que cada persona sobre la tierra la busca. Independientemente de razas, sexo, religiones, ideologías políticas, etc, cada individuo tiene como principal propósito en la vida ser feliz y su búsqueda es lo que nos mueve cada día que comienza.
Desde la perspectiva de la Psicología Positiva, la felicidad no es una sola cosa, sino un constructo que comprende varios elementos: el aspecto sensorial y emocional que incluye las experiencias placenteras, la alegría y las emociones positivas; el componente cognitivo, que se refiere a cómo evaluamos nuestra vida y qué tan satisfechos estamos con ella; y el sentido de vida, el sentir que nuestra vida tiene propósito y vale la pena.
Pero ¿cómo podemos alcanzar la felicidad?. La respuesta es una: ENTRENANDO LA MENTE. Es un ejercicio totalmente objetivo en el que vamos a identificar las causas del sufrimiento para reducirlas, y las fuentes de la felicidad para aumentarlas. Simple ¿verdad? pero lejos de ser fácil.
Son numerosas las ocasiones en las que creemos que la felicidad proviene de factores externos, de tener un mejor trabajo, de conseguir determinados vienes materiales, de tener una pareja concreta, una familia mejor, etc, cuando realmente la felicidad está determinada por nuestro estado mental. Es cierto que los eventos externos aumentan temporalmente el nivel de felicidad pero en cuanto nos adaptamos a ellos, el nivel de felicidad baja y creemos que necesitamos otra causa o suceso externo que vuelva a aumentarlo.
Hagamos un ejercicio práctico, cierra los ojos, respira con tranquilidad y céntrate en este instante, ahora piensa en qué te hace feliz. Estoy convencida que la respuesta tiene más que ver con tu mente que con factores externos. Y es que son muchas las voces autorizadas e investigaciones que dicen que “una vez bien cubiertas las necesidades básicas de alimento, vivienda, salud y educación” más dinero o bienes materiales no significa más felicidad. Para alcanzar la felicidad es más relevante la forma en que percibimos, interpretamos y reaccionamos ante un hecho que el hecho en sí mismo.
Del mismo modo, otro error que cometemos a la hora de buscar la felicidad es COMPARARNOS. Hoy en día vivimos en un mundo regido por las redes sociales, la publicidad constante y el materialismo, es fácil caer en la comparación y sentirnos desgraciad@s por no cumplir un criterio estético, por no tener un coche de marca o una casa de diseño, estoy segura que entendéis lo que trato de decir. ¿Por qué no cambiamos el punto de vista?, en lugar de compararn@s AGRADEZCAMOS lo que tenemos. Por supuesto que podemos ser ambicios@s y perseguir el objetivo que deseemos pero desde la gratitud por lo que ya tenemos y no desde la desdicha por no tenerlo. Sentirnos satisfech@s con lo que tenemos sin apegarnos a nuestros deseos, a nuestros objetivos, ser felices por el simple hecho de estar en movimiento, por estar en el viaje para lograr nuestr@s objetivos.
Aun hay un tercer concepto que confundimos con la felicidad: EL PLACER. El placer es una sensación física agradable y transitoria que libera hormonas que producen bienestar. La verdadera felicidad tiene que ver más con la mente como venimos diciendo, es más estable y depende menos de factores físicos. En muchos casos el placer del momento es causa directa del sufrimiento, por ejemplo, el consumo de drogas, el consumo de bebidas alcohólicas, la ingesta continua de dulces, etc, pueden ser causa de problemas de salud que alejen la felicidad.
En cada un@ de nosotr@s llevamos lo más importante para ser felices, LA MENTE. Si ejercitamos las fuentes de la felicidad: GENEROSIDAD, GRATITUD, ALTRUÍSMO, DESAPEGO, MORALIDAD Y RESPETO, el nivel de felicidad en nuestra vida aumentará. Para que esto sea así hemos de hacer un esfuerzo diario, intencionado y consciente en evitar cada situación que cause sufrimiento y esforzarnos en realizar las acciones que nos traen felicidad. Como podéis ver en las fuentes de la felicidad, para que ésta tenga un mayor recorrido en el tiempo, hemos de desechar el egoísmo así que trata de hacer un esfuerzo deliberado por ayudar a los que te rodean con una acción, con unas palabras, con una sonrisa….. y si no puedes hacer nada por ayudar, céntrate en no dañarle, en no obstaculizar su camino hacia la felicidad.
Entrenar la mente para la felicidad requiere de mucha disciplina y amenudo debemos descondicionar lo que nuestra mente ha aprendido desde la infancia, desaprender lo que culturalmente nos han enseñado. Es fundamental practicar todos los días, ejercitarnos a diario en evitar lo que nos causa sufrimiento y cultivar las fuentes de la felicidad. Hablarnos cada día con compasión y ser generos@s con nosotr@s mism@s y con los demás. Comienza ahora y no dejes para luego el momento de iniciar el cambio. ¡Ánimo! y ponte a ello en este instante.
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